Cuatro horas después, camiseta japones 2022 hacia la una del mediodía llegábamos a Tok. No hay frontera ni límite claro entre el mercado de ponchos y el mercado de alimentos donde los campesinos, ganaderos y agricultores de aldeas remotas del altiplano circundante venden sus productos (quesos, cereales, camiseta atletico madrid carne…). Aproveché el espacio (dos asientos, tampoco creáis que aquello era el supercolchón Flex) para dormir como un bendito. Proviene de la palabra maya say que se utiliza para referirse a esa especie de insectos que acostumbra cortar y llevar trozos de hojas en interminables filas.