A diferencia del volante de contención, el defensa de medio campo no era responsable de cortar el juego en el centro del campo, sino que debía marcar la subida de los extremos y punteros desde posiciones adelantadas, presionando la salida y empujando hacia el ataque, como un lateral volante. Los sistemas de juego que usaban eran el 2-3-5 para los defensas de medio campo y el 4-2-4 o el 4-4-2 con rombo para los laterales volantes.