Por comodidad, pero también por evitar distracciones en épocas hormonalmente efervescentes (aunque como dice mi santo, “en la etapa de ser hormonas con patas ni el jersey amplio y de cuello vuelto evita los pensamientos impuros”). Otro que destacó mucho de niño en estos torneos fue Aaron Ñíguez, el hermano de Saúl, que jugaba en el Valencia, aunque este al menos sí ha sido futbolista profesional aunque no de primer orden.