Porque aunque no sea el primer penalti que falla Leo Messi en su carrera deportiva, sí es una auténtica pena máxima. Además, se trata de una equipación que busca la sostenibilidad por medio de la innovación. No tardó en llorar desconsoladamente el portador del brazalete de la albiceleste, el capataz de Argentina, el heredero de la pesada y costosa dote del dorsal 10. Con las lágrimas en las mejillas y esa barba que dejó de ser talismán en la final de la Copa América Centenario, al astro anunció algo inesperado: que abandona su selección.