Con la contribución del Ala Infernal la Copa se volvió a ganar al año siguiente en la temporada de 1960-61 así como una Recopa de Europa en 1962, competición que jugaban los ganadores de la Copa de cada nación Europea. El centrocampista de Hortaleza organizaba el juego, le daba consistencia, era completo tanto con el pie como con la cabeza, era rápido aunque por sus zancadas parecía lento, parecía antipático aunque era locuaz y con gran sentido del humor.