Contactaron con filólogos y escritores vascos, y así decidieron fundar Bihotz Paris (bautizada así porque “en euskera no decimos corazón, decimos bihotz, que viene de “bi” -dos- y “hots” -sonidos- refiriéndose a los latidos”) una marca que funciona como una fusión entre los universos estéticos parisino y vasco, que tienen en común símbolos como la boina o las rayas horizontales.