Volumen I (1890-1925), en los primeros años del balompié, al menos en el ámbito canario, «eran desconocidos los entrenadores, las tácticas y otros avatares que daban belleza al juego de conjunto por lo que el aprendizaje en gran medida era “autóctono”». Otros libros afirman que ha sido gracias a las acciones solapadas realizadas por Henry Norris, quien fue presidente del club en esos años; Estas acusaciones van de las manipulaciones políticas a los sobornos de plano.